sábado, 11 de febrero de 2006

Racionalidad y Conciencia

La racionalidad, en mi opinión, compara, evalúa y emite un juicio. La conciencia es un simple darme cuenta, un tomar nota, un ver lo que es, sin juicio. Pero la racionalidad puede tomar lo que la conciencia aporta y emitir una evaluación y un juicio. ¿Dónde está el elemento intermedio, si lo hay, que me permita elevarme sobre ambos para decidir quién realmente soy?
En Kant la razón crea ideas trascendentales, que no tienen relación alguna con lo empírico. Crea conceptos como Dios y Alma, cuyo fin es completar la cadena deductiva del entendimiento que razona, evalúa y juzga, para llegar al término incondicionado que puede servir de punto de comienzo para los razonamientos y juicios. Pero solamente son "ilusiones", cuya validez es, en el caso de Dios y Alma, sometida a la fe de cada persona.
Cuando me introduzco, cada vez más hondo, dentro de mí para determinar el porqué de la vida y las cosas que me importan, me encuentro que llego a un punto, dentro de la racionalidad, que me dice que no importa cuantas justificaciones pueda crear de mundos distintos al nivel físico, lo único que importa es lo que está presente. En tal caso, solamente una racionalidad muy elevada puede hacer que ponga acentos de bondad y empatía en el contexto que me rodea. Y es que lo humano que se me presenta, a través de mi intimidad pensante y reflexiva, así como la observación de mis más íntimos pensamientos y ocurrencias, me presentan un panorama poco promisor en cuanto a la supervivencia de la "raza humana".
Solamente una conciencia observadora y neutral puede elevarme a niveles de bondad y empatía que me permitan un respiro dentro de la naturaleza animal-pensante que me constituye en lo físico, imaginativo, emocional, mental, subconsciente e inconsciente.
Tal vez si la memoria fuera más extensa, para conectar los resultados de mi hacer con las consecuencias a mediano y largo plazo, pudiera mejorar la naturaleza pensante de mi entendimiento humano. En tal caso, podría observar que es de mayor provecho el amar y ser bondadoso lo que me produce la mayor calidad de vida en unión de cuantos me rodean y de cuanto constituye mi universo circundante.