sábado, 3 de diciembre de 2005

Conciencia y conocimiento

¿Qué es (la) conciencia? Según el diccionario es: Propiedad del espíritu humano de reconocerse en sus atributos esenciales y en todas las modificaciones que en sí mismo experimenta; y, también: Actividad mental a la que solo puede acceder el propio sujeto. Esto es un conocimiento lingüístico y, como tal, tiene validez general. Sin embargo no es completo según mi apreciación conceptual, puesto que conciencia, aunque tiene que ver conmigo mismo, implica interrelación responsable. El conocimiento surge de la experiencia, pero expresa dicha experiencia desde otro que, probablemente, ve las cosas en una forma ligeramente diferente de la mía.
Yo he oído hablar de los santos y de los maestros espirituales. Incluso sigo las enseñanzas de uno de estos últimos, que, a su vez, es capaz de contextualizar en el presente las enseñanzas de Jesús de Nazareth, y, como lo he experimentado, tiene la capacidad (probablemente pueda tratarse de autohipnosis) de presentarme experiencias que me dirijen en el sentido que las enseñanzas promueven, aunque se encuentra a una distancia que lo hace "ausente" a mi entorno físico. En resumidas cuentas, en base a lo que he oído y leído, la conciencia, como la experimenta este tipo de persona, tiene que ver con acceso a otros niveles de "contacto" no físico, y digo no físico para no repetir la palabra experiencia, pues lo que quiero expresar es que dicho tipo de persona tiene experiencias en niveles distintos al físico (incluídos lo imaginativo, emocional y mental), que denominan "nivel del alma". En tal contexto, ellos hablan, según lo que he oído y leído, de "conocimiento", y, como lo puedo ver, se trata de un conocimiento que involucra la totalidad de los seres y la responsabilidad que ello involucra en términos de: no te lastimes y no lastimes a otros, cuida de tí para que puedas cuidar de los demás, y, utiliza todo para avanzar, para crecer, para evolucionar...
Lo más cercano a la experiencia de la conciencia, que, para mí involucra un "darme cuenta", es la relacionada con el "llamarme la atención" todo aquello que se refiere a un determinado contexto. Por ejemplo, si yo entro frecuentemente en una habitación y, en alguna oportunidad, percibo un objeto que no había notado antes... y que siempre había estado allí, puedo exclamar: ¿cómo es posible que no lo hubiera visto anteriormente? Ahora bien, tal darme cuenta se refiere a que, de alguna manera, puedo verificar que, efectivamente, dicho objeto había estado "siempre" (referido a mi contacto con el ambiente, desde el inicio hasta el presente) allí. Y esta comprobación puede, cuando no se trata de algo físico, referirse a las consecuencias originadas por aquello que yo no había percibido. En tal sentido, para mí, la conciencia tiene que ver con interrelación y responsabilidad, pues debo hacerme responsable de las consecuencias de aquello que no he percibido y que me afecta de alguna manera.
La conciencia es conocimiento en su más elevada significación, aunque conocimiento no es necesariamente conciencia. Efectivamente, la conciencia es el conocimiento actualizado en las consecuencias que la percepción o la no percepción implican. Y ahora puedo ver lo que no había visto antes, la conciencia es un continuo encontrarme conmigo mismo en mis acciones y omisiones, y es una fuente de aprendizaje más significativo que el mental o conceptual, pues se graba en un nivel más elevado de la mente, y no se automatiza en respuestas reactivas, porque tiene consecuencias y me pone en contacto con ellas. Además involucra a otros actores que continuamente dan testimonio, con sus respuestas y acciones, del conocimiento presente o ausente.
Es comprensible ahora que la conciencia individual se transforma, paulatinamente, en conciencia grupal, y esta en conciencia general. Efectivamente, solamente la limitación de mi necesidad de enfocar en determinados elementos de mi contexto para su conocimiento, me hace conocer limitadamente las consecuencias de mis acciones individuales o grupales. Y el conocimiento e intereses de quienes me rodean puede contribuir a la evolución de la conciencia individual y de grupo. En todo caso, una vez más, me doy cuenta de que el conocimiento sin experiencia es vacío, porque no me permite tener conciencia de los efectos de mi limitación en dicho conocimiento, puramente conceptual. Recordando a Kant: intuición sin concepto es ciego y concepto sin intuición es vacío. El concepto es conocimiento, sin la intuición presente en la experiencia resulta vacío.