domingo, 27 de noviembre de 2005

Despertares 5

El conocimiento escolar, básica, media y universitaria, puede convertirse, y, como yo lo veo, de hecho se convierte en una forma de "dormir" si no se dispone de una actitud de observación crítica de lo que se conoce, de lo que se ha aprendido como conocimiento científico.
En su Crítica de la Razón Pura, Kant (1724-1804) modela la forma en la que el ser humano conoce la naturaleza, y establece las categorías (formas del entendimiento para acceder a la experiencia) que subyacen al modelo o manera en la que el ser humano transforma la experiencia en conocimiento. Y en su crítica (evaluación) establece dos grandes vertientes de facultades: el entendimiento puro y la sensibilidad pura (intuición pura) de espacio y tiempo como fundamento de la sensibilidad empírica que es la que nos da los elementos para la elaboración de la ciencia.
En mi manera de ver, el conocimiento científico es una manera limitada y parcelada de ver la realidad circundante, pues está sustentada en enfoques parciales de la receptividad y su consideración mediante nuestras facultades: Intuición, Entendimiento y Juicio. Más aun, el entendimiento es limitado por la focalización que requiere la elaboración de los materiales de partida para obtener un cuadro general de lo que se conoce. La intuición, que es en algún momento, señalado por Kant como lo más cercano a "una manera divina de conocer", si ello fuera posible, es, según lo que yo he percibido, subestimada e incluso menospreciada por el pensamiento científico, que solamente valida el discurso mediante razones. Por demás está señalar que esto último es natural, por la manera en la que nace el conocimiento científico a través de una laboriosa cadena de razonamientos y experimentos que deben recibir validación en cada etapa de su registro y medición, quedando la intuición como un elemento imperceptible en nuestra manera de concebir y "ver" el cuadro completo de la naturaleza que nos rodea, incluídos nosotros como parte observadora y observada dentro de la totalidad.
Un hecho interesante, para mí, es que la ciencia llega incluso a dudar de las categorías, y, en particular de la causalidad. Tal vez por lo poco que he estudiado el tema he oído o leído que a nivel subatómico la causalidad llega a no tener validez. Y me he preguntado si los que tal cosa plantean se dan cuenta de la significación de tal afirmación, pues ello implicaría que la ciencia dejaría de tener significado como aproximación al conocimiento de la naturaleza. En efecto, las preguntas significativas acerca de los fenómenos de la naturaleza, incluídos los objetos, son: qué, cómo y porqué. Y el qué se refiere a "lo que" se presenta ante nosotros, el cómo hace referencia al desenvolvimiento, al cómo se comporta y cómo surgen y desaparecen los fenómenos, y el porqué, que es la pregunta que genera el conocimiento, no es más que la formalización de los modelos científicos que justifican los fenómenos en sus diferentes modalidades: aparecer, permanecer y desaparecer. El porqué no es más que la categoría de causalidad transformada en método para formular las teorías que permiten que la ciencia explique los fenómenos. Y si hacemos desaparecer la causalidad (todo efecto tiene su causa) y decimos que causa y efecto son intercambiables o son posibles en ambos sentidos, llegamos a lo que Kant denomina "juego de representaciones" sin posibilidad de enlace alguno. En todo caso, nuestras facultades de receptividad (sensibilidad) y de espontaneidad (entendimiento) son "maneras" que nos muestran el mundo y, fuera de tales facultades, no tenemos forma alguna de acceder a lo que está detrás de tal "manera de ver". Por otra parte, si pudiéramos hacer contacto con nuestra intuición más elevada (que podríamos denominar divina), no solamente podríamos acceder al universo como totalidad conocida (no por conocer) sino que, eventualmente, podríamos modificar el mundo físico a nuestra voluntad, por no representar otra cosa que una manera que podría alterarse para hacerla diferente. Es el caso del tiempo y el espacio como subyacentes a toda concepción físico- química del universo. Si pudiéramos "pensar" más bien en términos de energía como elemento de fundamentación, tal vez podríamos acceder a la infinitud y a la eternidad como expresiones de mayor significación que espacio y tiempo. Materia equivaldría a espacialidad y energía podría equipararse con temporalidad, de forma semejante a como energía potencial es energía de posición (espacialidad) y potencia es energía de movimiento (temporalidad).
Como yo lo veo: dormir es equivalente a una modo de no-conciencia, condicionado (reactivo) es equivalente a automatizado (inconsciente), conocimiento no es equivalente de conciencia, y conciencia es posible a través de la intuición como la mas elevada forma de "despertamiento".