martes, 22 de noviembre de 2005

Igualdad 2

Los seres humanos no somos iguales. Somos semejantes. Pero, como es natural en la semejanza, el elemento o característica de igualdad, para definir la semejanza, es esencial. Si recordamos de la geometría, lo esencial de un triángulo es el ser una figura con tres ángulos cuya suma es la mitad de trescientos sesenta grados. Si los tres ángulos de dos triángulos son iguales, queda definida la característica esencial de semejanza, pues lo siguiente es establecer la proporcionalidad de los lados opuestos a cada ángulo igual en ambas figuras. Por supuesto, en geometría, la proporcionalidad de los lados es también una condición de semejanza. Pero yo, personalmente, considero que la cualidad esencial es la igualdad de los ángulos correspondientes.
Los seres humanos somos semejantes por ser iguales en lo que es esencial como ser humano: nuestra potencialidad para ser, para desarrollarnos, para aprender, para superarnos a nosotros mismos. Nuestra capacidad para enfermarnos y sentir dolor en lo físico conlleva una búsqueda de la sanación y la superación de nuestra vulnerabilidad. Y esto nos hace iguales y empáticos con la situación de cualquier otro ser humano en tal condición. Lo mismo sucede en el aspecto emocional, que nos puede sumir en estados igualmente "dolorosos", y que, igualmente, nos impulsa a buscar el equilibrio y la sanación, y, nuevamente, nos hace iguales y empáticos hacia los "dolores" y sufrimiento del otro en situación semejante.
Es, por decir lo menos, sorprendente como podemos crear situaciones de conflicto, confrontación y guerra con otros seres humanos cuando, en circunstancias naturales, podemos, por nuestra condición de empatía, sufrir y padecer con el dolor y el sufrimiento del otro. E igualmente sorprendente es tal creación de conflictos, confrontación y guerras, cuando sabemos de lo agradable, por decir algo, del hecho de compartir en armonía y afecto con ese otro. Es por tal motivo que dudo de la "racionalidad" del ser humano, y por lo que creo que tal "racionalidad" es limitada a lo inmediato y perecedero, en perjuicio de lo realmente racional a largo plazo y en lo amplio de nuestro devenir común. Pareciera que necesitáramos de una memoria, y una proyección de expectativas de posibles situaciones circunstanciales, de mayor alcance al que tenemos en la actualidad. Pareciera que la mayor limitación que tenemos como seres humanos se refiere a nuestra natural necesidad de enfocar, de contraer nuestra atención, de especificar un contexto de consideración de corto alcance, para poder utilizar el potencial racionalizador (relacionador) de nuestra mente. Y, nuevamente, sigo pensando que el área en la que necesitamos insistir, en lo educativo, es el referido a la intuición, que es el aspecto que nos permitiría ver totalidades, panoramas completos, situaciones complejas, en una forma integral... y no por parcialidades o partes. Reconozco que estas ideas no son tan claras como para guiar... pero seguiré insistiendo... a ver si puedo expresar algo que, incluso para la manera en que lo veo, resulta algo indefinido...