jueves, 17 de noviembre de 2005

Dualidad (Subconsciente, Inconsciente...)

El factor personalidad, como lo entiendo, es la manera en la que reacciono a las personas y situaciones que se me presentan, y está formado por las experiencias personales que se han grabado, inconscientemente, en mis células, particularmente en la época de mi niñez. También puedo incluir en esta caracterización lo que se denomina "reflejo cerebroespinal", que son reacciones a estímulos de mi entorno personal.
Esta área de mi personalidad responde automáticamente, y se asemeja, para mí, al área emocional, pues, básicamente, se ha formado en relación directa con mis acciones y reacciones ante situaciones físicas y emocionales que han alterado en forma significativa mi manera de relacionarme con cuanto me rodea. Es un automatismo formado en la dualidad (placer-displacer) y en la multiplicidad emocional (amor-ira, miedo...). Consiguientemente sigue el mismo patrón indeseado, en mi adultez, de respuestas inmaduras y, de aquí, de ser-querer ser que se generó en mi manera mental de apreciar las situaciones.
Cuando, por algún motivo, reacciono (inconscientemente) en forma impropia, para mí o para las personas que me rodean, genero una nueva cadena de acciones que me producen incomodidad, angustia, rabia o miedo interior que me impiden explorar nuevas alternativas y nuevas maneras de crear mis experiencias. Igualmente, sin mi participación activa, voy creando rutinas y zonas de comodidad que me eviten tales reacciones, pero que, indefectiblemente, me van apartando del proceso vital de crear nuevas y más enriquecedoras experiencias de vida.
Mi subconsciente e inconsciente pertenecen, en su parte menos rica, a las heridas y decepciones que forjaron mi personalidad limitada, y que, posteriormente, son el tema subyacente en mi dualidad de "como soy" y "como quisiera ser" que me impiden aceptarme y entender que, como ser humano, cada día surjo con posibilidades abiertas hacia mi evolución y creatividad.
Esta área pudiera ser la que originó la idea del "pecado original bíblico" que me enseñaron desde niño como "mancha" que ya traje a mi vida como tema de castigo y desvalorización que debía purgar con "el sudor de mi frente". Así mismo, pudiera ser, la que origina esa dualidad personal que nunca está satisfecha con acción alguna, o que no ve merecimiento alguno en nada de lo que hago, siento o digo. Y esta reflexión no es un darme cuenta sino, más bien, un planteamiento imaginativo sin conexión con la realidad de mi devenir... como toda exposición verbal desafortunada que pretenda hacer inteligible lo que pienso, hago y digo desde una perspectiva de juicio moral...