lunes, 31 de octubre de 2005

Pensamiento y acción

Immanuel Kant (1724-1804) es un filósofo que creó un modelo del ser humano. En mi opinión es, más que un filósofo, un amante de la ciencia y del conocimiento, y sus obras habrían sido más significativas, en el mundo científico, si hubieran sido tomadas como un modelo y no como una "definición del ser humano". En tal sentido, podrían haber sido desarrollados los diversos temas que componen su modelo en una forma que los hiciera progresivos hacia modelos cada vez más provechosos para nuestra manera de ver el mundo como seres humanos.
El desarrollo presente de los computadores (considerados como procesadores de información y no como simples calculadoras) y la psicología serían, para un pensador como Kant, un fertilizador de maneras de pensar acerca de la naturaleza del ser humano. En particular, a pesar de haber leído algo y de estar en un proceso de aprendizaje continuo, me doy cuenta de que, en mi caso personal, debo haber nacido con una limitación bastante grande para acceder a los niveles de conciencia y conocimiento que me permitieran una mayor satisfacción conmigo mismo. Y me doy cuenta de que, como en el caso de los computadores, en las que se mide la velocidad en múltiplos de una unidad denominada hertz (múltiplos superiores a los gigahertz: mil millones de hertz), mi velocidad de procesamiento es de las menores que pudiera pensar.
Pareciera que mi conducta personal ha sido modelada en los automatismos de reacción provocados por mis primeras experiencias de la niñez, o por algunos factores genéticos que me impidieran madurar en una forma más satisfactoria para mí mismo (y, seguramente, para cuantos me rodean). En efecto, he llegado a darme cuenta de que los "modelos de ser humano" que, de alguna forma desconocida para mí, tengo en mi "pensamiento", no me son accesible mediante el aprendizaje normal, pues implican tareas o condiciones que, por algún motivo, no forman parte de mis intereses inmediatos. Y es que la inmediatez parece ser el único motivador importante, para mí, y no parece estar de acuerdo con mis deseos de largo plazo, o algunos prejuicios internos, nacidos en formas que no me son accesibles, que actúan como obstáculos insalvables.
Eso que denomino inteligencia parece estar relacionado más con un factor de conciencia y memoria que con el aprendizaje y lectura de obras, e incluso con los discursos de personas que considero intelectualmente capaces. En la historia, que a veces ha sido un motivo de mi interés, encuentro que el único personaje inteligente que conozco (aparte de los guías espirituales y los santos) es Sócrates (470-399 a.c.), pues, el solo hecho de afirmar "yo sólo sé que no sé nada" muestra su capacidad de tomar conciencia de que el simple hecho de tener alguna información no significa que sepa algo... aunque, también es verdad, que el hecho de poder desmenuzar los argumentos propios y de extraños en la forma en que lo hacía, debió indicarle que estaba en mejor posición que otras personas, porque, por lo menos, podía señalar lo que no sabía ( incluso esto, lo expresó cuando se le dijo que el oráculo de Delfos lo consideraba el más sabio entre los hombres).
Para mi manera de ver, una persona sabia es aquella capaz de vivir e interactuar con los demás en una forma equilibrada, aceptando al otro tal cual es y aceptándose a sí mismo en forma dinámica, que evoluciona cada vez más en el autoconocimiento y el conocimiento de cuanto le rodea, sin necesidad de imponer su criterio, y cooperando con cuantos le rodean de la manera más provechosa y funcional. Hacia allá espero dirigirme... y, creo, que los demás seres humanos tienen el mismo objetivo, aunque, tanto para ellos como para mí, como yo lo veo, tal dirección sea inconsciente (automática).