jueves, 17 de noviembre de 2005

Dualidad (Cuerpo físico- Espíritu) 2

Cuerpo-alma es la dualidad por excelencia que me define. Con todo, cuerpo-espíritu es una dualidad de mayor alcance porque incluye mi cuerpo y todos los cuerpos y las almas y cualesquiera otras manifestaciones de la energía que conozco o pueda llegar a conocer.
Todos los conceptos que utilizo no me pertenecen como individuo sino como parte de una cultura, como expresión dentro de una sociedad. Solamente me pertenece la interpretación que hago de los conceptos.
En física estudié en alguna oportunidad la energía potencial (energía de posición) y la energía cinética (energía de movimiento). Posteriormente oí mencionar energías nuclear, atómica, celular... Y todas pueden reducirse, según mi apreciación, a energía de posición y energía de movimiento. En tal sentido, mi cuerpo es una energía de posición y representa la espacialidad y potencial desarrollo de acciones y reacciones; y mi alma es una energía de movimiento y representa la temporalidad (aunque pueda incluirse en la eternidad) y potencial incorporación y desincorporación en potencialidad de acciones y reacciones en una experiencia corporal. Mi cuerpo sin mi alma no tiene vida, pero mi alma sin mi cuerpo puedo imaginarla con indefinidas posibilidades de evolución o movimiento, como una partícula de aire dentro de la masa de aire de la forma parte.
Me doy cuenta de que el "espíritu humano", representado en los conceptos e ideas, que interpreto pero que no he creado desde mi individualidad, apunta a individuos que, para mí, genialmente sintetizaron medios para la comunicación en el "espíritu humano", pero que no pudieron superar la individualidad interpretativa que, a nivel grupal, vino a generar las mismas angustias y dificultades (dolores, sufrimientos, malentendidos...) que a nivel individual nos causan enfermedades y desbalances de muy diversa naturaleza. En todo caso, y aunque me parece que mi expresión de la dualidad tiende a la negatividad, sigo buscando ese "algo" que me permita encontrar la paz interior (origen de cualquier otra paz buscada) que defino como el "dejar de estar en contra", el "dejar de estar en oposición", que, para mi maestro espiritual y para los maestros espirituales en general es tan sencillo que les permite tener una actitud de equilibrio ante la vida y cualesquiera circunstancias del universo en que vivimos.