jueves, 12 de marzo de 2009

Acción, información y discurso

La palabra discurso se utiliza, primordialmente, para referirse al lenguaje hablado o escrito, pero su uso se refiere a todo entramado de palabras, ideas o razonamientos que conducen hiladamente a un resultado o conclusión, ya sea como derivación de los pasos dados durante el discurso o ya como totalidad que se logra cuando el discurso está completo. En todo caso, el discurso implica recorrido, camino, concatenamiento de pasos, razonamientos, palabras, afirmaciones, y así sucesivamente con cualquier tipo de unidades de lenguaje en cualquiera de sus acepciones o significaciones. Todo discurso, de cualquier tipo que se nos ocurra imaginar, tiene la connotación de secuencia, recorrido, en una serie de posiciones que deben ser entretejidas, relacionadas de una manera coherente, con sentido de inicio, recorrido y conclusión. Es, por consiguiente, indicación de finitud.
Tanto acción como información son ejemplificación de discurso. Ambos términos, acción e información, se refieren a la experiencia como término que las comprende. El factor importante de tener en cuenta es el hecho de que la experiencia es discursiva, es secuencial y acumulativa de experiencias parciales, que van constituyendo la particular expresión de cualquier Ser humano. Adicionalmente se anota la finitud como condición propia e inherente de lo que denominamos "la vida".
Cuando hablamos de la vida apuntamos a una de dos significaciones: la vida como recorrido particular de un ser humano y la vida como referencia a la organicidad presente en los seres con autonomía apetitiva, o sea, a los seres "animados", dotados de facultades para alimentarse e interrelacionarse con el ambiento o universo circundante y, consiguientemente, con potencialidad de dar y recibir en el contexto en el que se desenvuelven.
Lo constitutivo material del ser humano, y su aprehensión del contexto material que constituye su medio ambiente, o universo o mundo o cualesquiera otros términos que queramos utilizar, mediante las facultades que lo caracterizan (Ser humano) son discursivos. En efecto, todos los medios que permiten delimitar y definir áreas de acción e información para el Ser humano implican la secuencia en el recorrido y la aprehensión propios del Ser que lo caracteriza entre todos los seres del mundo que lo comprende e integra. Tal secuencia es lo que queremos distinguir con el término discurso, discursivo y similares.
Lo complementario, para decirlo de alguna manera que no implique oposición, de lo discursivo, del discurso, es la unidad o totalidad. La intuición es totalizadora, igual que la razón como facultad que busca la completud en las maneras que tiene el entendimiento de acceder a la realidad circundante. Tanto intuición como razón puras tienen como campo de competencia la totalidad, o sea, en otras palabras, lo infinito y lo eterno como términos extremos de presencia y secuencia, de espacio y tiempo. La intuición empírica y el razonamiento son limitaciones discursivas de la intuición y razón puras, y el espacio y el tiempo son ámbitos de aplicación para la facultad aprehensiva y discursiva del Ser humano, como ser inmerso en la materialidad que lo constituye y lo comprende.
La intuición y el razonamiento empíricos, caracterizados por el discurso y la aprehensión propias de figura y fondo han sido, hasta el presente, el fundamento de la experiencia y el conocimiento en sus diversas presentaciones. La intuición y razón puras, como objetivos de apreciación en la formación del Ser humano, se han quedado como distintivos de las áreas de lo místico y lo espiritual, como experiencias accesibles para pocos privilegiados por la naturaleza y sus facultades individuales. Es un poco como hacer referencia al conocimiento matemático como área que ha quedado, en su nivel más elevado y abstracto, para las mentes que pueden acceder a una manera muy especializada de ver los procesos de cantidad y cualidad que denominamos geografía (espacio, presencia en el campo de las interacciones materiales y humanas) e historia (tiempo, secuencia en el campo de las relaciones entre seres humanos y no humanos).
En el campo de la docencia (sistemas de enseñanza-aprendizaje) se ha considerado al Ser humano dotado de sensibilidad y entendimiento. La conciencia, como proceso o facultad superior, que comprende la sensibilidad y el entendimiento como aspectos parciales del Ser humano, no ha sido objeto de consideración, al menos explícita. Aunque pudiera argumentarse que tal conciencia es lo que se busca como fin de la instrucción escolar, media y superior.
Cuando se toma un texto de enseñanza, o se considera al docente especializado en determinada materia de conocimiento, se enfoca la transmisión de la información correspondiente como un modelo que se introduce en las facultades discursivas del entendimiento para su integración en el receptor, el alumno, que las deberá procesar e integrar como procesos discursivos naturales al entendimiento. Si el receptor, el alumno, tiene en su haber genético y de experiencia un campo de similitud (asimilación) que lo particularice para algún área de conocimiento en particular, habrá encontrado su posición dentro del contexto humano que la instrucción escolar modela. Los procesos, de alguna manera, son automatizados como respuestas con variaciones múltiples a los contextos que las distintas áreas de conocimiento implican. La conciencia (Yo soy: Unidad que se manifiesta y expresa) queda supeditada a un simple "tema con variaciones", para utilizar una terminología propia de la música.
En mi opinión, para que la instrucción escolar tome una dinámica más propia de la intuición y razón puras, como facultades integradoras de la intuición empírica y el razonamiento discursivo, la conciencia debe tomarse como la base de sustentación del sistema escolar existente. La conciencia es un punto o puesto de observación superior a la intuición empírica y razonamiento discursivo, mediante el cual puede orientarse al ser humano individual (Ser humano) hacia el encuentro con su contexto en una relación viviente. Es tomar los modelos y someterlos a la aprehensión mediante su integración en el contexto humano. Es hacer lo posible por "resucitar" un modelo estático, un discurso elaborado por un Ser humano que vivenció y encontró una manera de ver una figura sobre un fondo específicos, para reelaborarlo en los términos de otro Ser humano que quiere orientarse para proseguir un camino de observación y complementación de lo "ya recorrido" que se convierte en "mapa" sobre el cual integrar nuevas figuras sobre fondos más amplios. Es hacer un intento por seguir la "evolución" del conocimiento hasta lograr que la figura y el fondo coincidan, como un universo que se desenvuelve en posibilidades o potencialidades accesibles a un cuerpo viviente totalmente integrado, como una partitura musical con múltiples variaciones abiertas a la interpretación de una misma totalidad.
En mi opinión, cada Ser humano es una posibilidad con facultades propias dentro del contexto que le toca manejar. Y la orientación que requiere, además de la información acumulada por sucesivas generaciones humanas, es el encuentro con sus propios dones y facultades, a través de la conciencia (Yo soy) y la determinación de sus posibilidades y potencialidades interpretativas y creativas dentro del contexto que lo particulariza. La educación es un proceso de modelaje que no se puede dejar en manos de la instrucción escolar, entendida esta como información y procesos de manejo de dicha información, sino como constante intercambio en el que el contexto y el Yo soy (conciencia) se enriquecen en una continua danza alegre, nutritiva y amable.