lunes, 9 de febrero de 2009

"Yo soy" y conciencia

Kant denomina el "Yo" que piensa apercepción trascendental. En la línea de Descartes, adhiere el "Yo" al pensar como apercepción trascendental. La condición de "trascendental" es propia de lo "previo a la experiencia", lo que no depende de la experiencia, aquello que hace posible la experiencia en tanto facultad intrínseca propia del conocedor, del sujeto que conoce. La unidad trascendental del sujeto que conoce, el "Yo", es la que hace posible el conocimiento. Y, como podemos ver, el conocimiento, en este caso, es propio de cada sujeto. Todavía no se habla de conocimiento como co-no-scer, o sea, como aquello que, común a un "nosotros", habla de lo que podemos comunicar unos a otros como "conocimiento", diferente del saber que es propio del sujeto como experiencia. La experiencia que, posteriormente, se unifica en la comunicación (lenguaje, propio del pensar) hace posible el conocimiento como "experiencia compartida", experiencia que hace posible el lenguaje y, consiguientemente, el pensar propiamente dicho.
En mi opinión, y atendiendo al antiguo "Yo soy el que soy", se me aparece como "Yo soy". En efecto, el "Yo" es unificador de la experiencia individual y el "soy" atiende a la manera particular en la que me manifiesto en el mundo mediante mi expresión. O sea, el "soy" representa, además de la identidad propia de las cualidades específicas que me pueden caracterizar como ente separado, la manera en la que me ex-preso, la manera en la que, desde mi interioridad, característica propia del ser separado, "presiono", me manifiesto activamente en el entorno en mis diversas maneras de Ser: amo, construyo, leo, estudio, y así sucesivamente con cualquier verbo que implique acción o pasión, a diferencia de un ser inerte, cuya manifestación depende de mi foco de atención según figura y fondo propias de mi percepción.
En todo caso, la relación entre el "Yo soy" y la conciencia, atiende a la forma en la que experimento (tengo experiencia de) mi entorno y de mí mismo. El "Yo soy" es propio de mi manifestarme en la expresión de mi Ser humano individual en el entorno. La conciencia hace referencia al "darme cuenta" de mi experiencia como mía, el conocimiento (como saber propio del "scire") "con"migo mismo como referencia del conocer, del experimentar que no se comunica, sino que simplemente es unificado en mi "Yo". Y a partir de estas dos expresiones: "Yo soy" y conciencia, en mi opinión, puede intentarse una comunicación propia del conocer para acceder al saber individual, al señalar un camino que pudiera ser recorrido para "aprehender" la conciencia. Tal vez pudiera intentarse, igualmente, un enlace unitario con el "Yo soy el que soy", pues el "Yo soy" que individualiza y separa al individuo, mediante el Ser propio que lo caracteriza, está incluido, es nuevamente incluido, en una universalización que lo comprende, que lo abarca: "Yo soy el que se manifiesta en todo soy".
Pudiera caracterizarse el "Yo soy" mediante una expresión, propia de mi Ser humano, que no se manifiesta exteriormente sino interiormente, mediante el observar: "Yo observo". En mi opinión se trata de un pleonasmo, puesto que el observar a que hago referencia es "mi" propia observación, la observación de mi "Yo soy" que se manifiesta en expresiones diversas. Lo peculiar de esta manera de verlo es que hay expresiones que no me son voluntarias, al menos en una manera activa sino pasiva, como las emociones, y que quedan sometidas a dicha observación en una forma activa. Tales son mis distintos niveles de conciencia: físico, imaginativo (denominado astral en las enseñanzas esotéricas, reservadas a los seguidores de movimientos espirituales y religiosos), emocional (denominado causal, por su naturaleza intrínseca de causa y efecto), mental y reactivo (sub e inconsciente). De esta manera podemos acceder a un posible "conocimiento" que pudiera formalizarse, para introducir la conciencia como parte del currículo escolar medio y superior. No pensado como conceptualización, a la manera de teoría y práctica, propia de las ciencias denominadas duras (física y química), sino como experimentación permanente, como el "Yo soy" asumido en forma activa en mi encuentro con el entorno y, en particular, con mis semejantes como objeto de armonización y equilibrio para las relaciones interpersonales, grupales y sociales en sus diversas manifestaciones y extensiones. La psicoterapia tiene múltiples caminos de presentación (formalización) para hacer posible un programa de "concientización" o de "enseñanza" de la conciencia. La diferencia con cualquier otro tipo de enseñanza consiste en que apunta al conocimiento del sujeto por él mismo y que cada sujeto es un objeto de estudio para sí mismo dentro de un grupo que se une para tal fin. O sea: hay una "asignatura" en la que el objeto de estudio es cada sujeto para sí mismo, dentro de un contexto que no persigue un conocimiento externo, salvo las consecuencias beneficiosas que aporta que cada individuo pueda verse y apreciarse en unión con el aprecio y apreciación de sus compañeros de estudio.