lunes, 3 de noviembre de 2008

Educación, escolaridad y experiencia

Entiendo por educación, la experiencia adquirida por modelaje en el hogar y en la sociedad, que permite convivir en términos de intercambio entre iguales a los seres humanos. Fundamentalmente lo refiero a lo que se considera buenas costumbres, pero que no ha sido definido o delimitado por autoridad alguna, sino que más bien obedece a un código no escrito, cuya base se encuentra en los mandamientos, aforismos, fábulas, mitos, parábolas y similares, además de normas de comportamiento conocidas en castellano como cortesía y urbanidad. Se adquiere, fundamentalmente, durante los primeros años de infancia, en el ámbito familiar, a través del modelaje que nos ofrecen abuelos, padres, familiares y adultos relacionados con la familia cercana. El término, en mi opinión, proviene del latín e (fuera de, sacar de) ducare (conducir, dirigir, guiar), o sea, salir de la tutela o guía (conducción) para valerse y actuar por sí mismo ante el mundo que nos rodea. Posteriormente se amplía con las relaciones escolares y el modelaje de los maestros y adultos en dicho ámbito. La educación no tiene que ver con información sino más bien con modelaje, y la información correspondiente (mandamientos, mitos, leyendas y máximas que la sustentan) se reciben con la idea subyacente de "modo de conducta", "manera de comportarse" propia de todo individuo en su contexto humano. En tal sentido, más que información se refiere a "manera de informar acerca de la conducta" que se considera "apropiada" o "buena" en términos de "relación entre seres humanos" regidos por ciertas jerarquías de "mayores", semejantes e "inferiores" ( inferiores en términos de edad o de vulnerabilidad ante nuestras palabras, acciones y omisiones).
La escolaridad, en este contexto, la refiero a la instrucción que recibimos en el ámbito de la escuela, el liceo ("educación" media, que yo prefiero denominar, dentro del contexto que estoy refiriendo, "escuela media") y la universidad o "educación" superior (que prefiero denominar "escuela superior o universitaria"). El contexto escolar, aunque incluye un aspecto educativo propio de toda actividad humana, tiene que ver con instrucción, con información formalizada acerca de "cómo" han visto y modelado el universo o mundo circundante los estudiosos y pensantes que nos precedieron (filósofos, artistas, artesanos, constructores y, en general, teóricos de la ciencia y la tecnología). Es un universo de información que espera ser transformado en experiencia para que, realmente, se transforme en nuestra manera de ver el mundo. Esto no es una expectativa razonable, por cuanto el área en la que nos tocará obrar en palabra y acción, siempre será limitada por nuestra naturaleza "discursiva" y física. En efecto, el cúmulo de informaciones recibidas en la escolaridad es tan amplio que nos da un contexto mental de condicionamiento más que de experiencia vivida, debido a que dicha información está formalizada para su presentación y, consiguientemente, debe ser actualizada por cada uno de los recipiendarios. O sea: la información debe ser transformada en experiencia para poder convertirse en "manera de comportarse" ante el mundo en función de la información recibida. Esto sin contar con que la información recibida, cuando se refiere a asuntos de influencia significativa, por ejemplo la gravedad o peso de los cuerpos, está precedida de conductas y maneras de manejar lo físico que no requieren, en lo cotidiano, de los modelos y paradigmas teóricos planteados en la escuela. Por ejemplo, un jugador de billar tiene a la experiencia y la práctica como "modelos de conducta" ante las situaciones que el juego plantea, sin tomarse el tiempo de estudiar la cinemática y la dinámica propias de la física de los cuerpos en movimiento que forman parte de los estudios secundarios y universitarios.
La experiencia está en la base de la educación y la escolaridad. En la educación se trata de experiencia transformada en información en forma paralela al modelaje por parte de los adultos que nos rodean. En la instrucción o escolaridad, se trata de información plasmada en libros y obras (hoy en día deberíamos incluir las artes audiovisuales) como modelos comprobables de las interacciones de los cuerpos y sustancias del mundo natural y humano. Incluyendo, adicionalmente, aquellos aspectos que tienen que ver con la intencionalidad y los automatismos propios de los seres orgánicos. La experiencia evoluciona con la evolución del medio circundante al ser humano, producto de la misma acción humana y de las acciones (energías) que se suceden en el universo circundante independiente y simultáneamente a dicha acción humana.
Dentro de este contexto podemos distinguir tres áreas de interrelación: el área natural circundante al ser humano, el grupo humano como elemento activo que se interrelaciona con el mundo natural y las energías propias del universo que nos rodea y que, independiente y simultáneamente al ser humano, moldean el ámbito natural, universo o mundo. Estas divisiones corresponden a una manera natural, discursiva, del ser humano en su aproximación al universo desde su capacidad de recepción y elaboración de eso intangible que se denomina "experiencia", y que ya hemos considerado como "encuentro del Ser humano con el mundo". El "encuentro" genera respuestas, tanto del Ser humano como del universo que lo abarca, y, simultáneamente estimula la capacidad (Ser: aprehender, comprender, interpretar, comunicar, modelar, etc.) para modelar en diferentes lenguajes dicho "encuentro", con la finalidad de que el Ser humano "alcance", "logre", objetivos comunes con el grupo de seres humanos del que forma parte. La educación abarca, principalmente, a los seres humanos como grupo interrelacionado; aunque, modernamente, hay una tendencia a incluir el universo circundante mediante la creación de una conciencia "ecológica" que lo involucre con la totalidad como "organismo", tomando en consideración que su supervivencia como especie depende del conjunto y que la "utilitariedad" que ha sido el foco de su evolución "escolar" es una tendencia autodestructora y destructora de equilibrios delicados en el mundo natural. La escolaridad incluye el mundo orgánico e inorgánico (inorgánico en lo individual de los cuerpos físicos, sin tomar en cuenta la "organicidad propia del conjunto" que denominamos "universo" o "mundo" indistinta y limitadamente), y hace referencia a los modelos discursivos mediante lenguajes diversos que permiten que "nuestra manera de ver el mundo" sea compartida por todos los individuos, por todos los seres humanos.