lunes, 10 de diciembre de 2007

Experiencia 01

El corazón de la filosofía kantiana está constituido por la conciencia y la experiencia. La conciencia es desarrollada en intuición, entendimiento y razón. La intuición hace referencia a la receptividad como manera de acceder a cuanto nos rodea. El entendimiento y la razón son denominados la espontaneidad del pensar que se ejerce sobre lo que la receptividad aporta como material para nuestra peculiar manera de "ser" humano cognoscente.
Hegel, en Ciencia de la lógica, denomina la filosofía kantiana como "filosofía popular", tal vez en razón de que dicha filosofía declara la experiencia como piedra de toque de todo conocimiento, mientras que en la filosofía de Hegel lo que priva es "la conciencia" entendida como concepto comprendido en la experiencia. Para Hegel la aprehensión es un ser-en-sí que se ha transformado en en ser para-la-conciencia, y así comienza un período de la filosofía en el que la conciencia, entendida como pensamiento, se adueña de la reflexión, en contraste con la filosofía kantiana que se mantiene en contacto con cuanto la rodea.
En la época actual, y gracias a la psicología y a la presencia de algunos filósofos como Heidegger que se dedican a la experiencia desde lo humano del "ser" humano, o sea a su íntima constitución dentro de un mundo que lo abarca y comprende, se ha retomado el camino kantiano de integrar al "ser" humano con su contexto para retomar el camino que evolucione hacia una mayor comprensión y "conocimiento" que se convierta, además de conocimiento, en sabiduría.
Algún pensador llegó a decir que la filosofía kantiana carecía de consistencia por no integrar el aspecto evolutivo dentro de su estructura conceptual. Sin embargo, tal caracter evolutivo está incluido en la experiencia como piedra de toque de cualquier elaboración cognoscitiva que se pretenda elaborar y de cualquier reflexión que intente convertirse en modelo cognoscitivo.
La experiencia es el punto de partida del conocimiento. Los primeros filósofos griegos intentaban explicar el mundo que los rodeaba sin detenerse a pensar sobre la particular propiedad de que lo que intentaban explicar tenía una contrapartida en el "ser" humano que hacía tal explicación. Es así como va surgiendo lo objetivo como aquello que está afuera, como aquello que es posible de observar desde la receptividad particular y peculiar del "ser" humano. Posteriormente aparece lo subjetivo, explícitamente, como aquello que constituye un particular punto de vista del "ser" humano que observa y explica.
En la medida en la que el "ser" humano ha evolucionado y ha desarrollado perspectivas cada vez más elaboradas acerca del mundo que lo rodea, ha surgido una diversidad de perspectivas, ciencias particulares, dentro de una perspectiva general, filosofía, que intentan explicar el universo, dentro del cual el "ser" humano se ha constituído en una parte más del conjunto que se intenta "conocer". El "ser" humano es "un objeto" más dentro de la diversidad de objetos que se ofrecen a la razón y el entendimiento, con la peculiaridad de que dichas razón y entendimiento constituyen el universo en un nuevo universo conceptual, que es el que Hegel toma como punto de partida de su "Ciencia de la lógica". Este universo conceptual se transforma en el centro de la reflexión hasta la aparición de pensadores que intentan "humanizar" el conocimiento, o sea, que intentan regresar, sin proponérselo, al punto en el que Kant dejó su labor de estructuración orgánica experiencia-conciencia. Tal vez haya sido la presencia de personajes como Freud, Adler y Young, y, posteriormente, todo un grupo de psicólogos y psiquiatras que se internaron dentro de lo humano del "ser" humano con la finalidad de evaluar las causas del sufrimiento y penalidades que, desde lo humano, aquejaban a la humanidad como conjunto y a los individuos como representantes del universo de lo humano. También es conveniente recordar a pensadores como Kierkegaard y Nietzche que iniciaron dentro de la filosofía una confrontación de lo objetivo de lo observado y planteado por el pensamiento contra una subjetividad cada vez más evidentemente en rebeldía contra la supuesta objetividad y consistencia de lo pensado.
Hoy en día se hace necesario retomar la filosofía kantiana, como tantas otras veces se lo ha hecho, pero centrada en la necesidad de replantear la estructura experiencia-entendimiento-razón de Kant, pero integrando lo que se planteara Kant en las críticas de la razón práctica y del juicio en un nuevo modelo comprensivo, y que establezca una nueva manera de entender "lo que" es la experiencia en contraste con la pretendida objetividad que siempre ha de partir de una subjetividad compartida, y que ha dejado de lado "la experiencia" de santos y maestros espirituales, cuyos aportes no pueden ser dejados de lado como "subjetividad" carente de validez "objetiva" por no poder ser repetidas mecánicamente en laboratorios. Es, de alguna manera, hacer el intento por encontrar un camino para explicar lo humano del "ser" humano y su peculiar manera de estar dentro del mundo que intenta conocer para lograr que lo humano se integre dentro del universo en una forma orgánica de dar y recibir que le permita trascender su naturaleza apetitiva y lograr la plena manifestación hacia su naturaleza más elevada y trascendente.