miércoles, 19 de septiembre de 2007

Exploraciones de la conciencia 6

Una vez que descubrimos el "Yo soy" como imagen de la conciencia que se manifiesta a través de diversos niveles o estados podemos iniciar un proceso de exploración personal mediante la observación de los distintos estados de conciencia presentes. En tal exploración podemos darnos cuenta de que el "Yo soy" se identifica con cada estado de conciencia, salvo que mantengamos una constante posición de observadores. El hecho de que Descartes y los filósofos que le siguieron hasta Kant, en su exposición del "Yo pienso" como manifestación de la conciencia se debe, con toda probabilidad, a que el nivel mental o estado de conciencia mental puede acompañar a todos los restantes niveles o estados de conciencia. En efecto, en el nivel de la imaginación, de las emociones, de la misma mente o de las reacciones sub e inconscientes, podemos utilizar nuestra capacidad mental de razonamiento, inducción y deducción, para elaborar los distintos estados. Tal vez hasta podríamos crear nuevas maneras de utilizar dichos niveles o estados de conciencia, pues cada estado puede estar acompañado por los restantes en formas interrelacionadas. En el nivel mental podríamos hablar de un nivel imaginativo, de un nivel emocional, de un nivel mental dentro de dicho nivel y de unas reacciones sub e inconscientes. Lo mismo podríamos hacer desde el nivel imaginativo y del mental. Así que podríamos considerar los diferentes niveles de conciencia o estados de conciencia como representaciones parciales de estados o niveles de conciencia más complejos. Pero esto requeriría de nuestra parte una facultad o capacidad de observación que, en mi opinión, solamente es accesible a los maestros espirituales, y estos no están en absoluto interesados en realizar tales experiencias, salvo que se presenten espontáneamente como parte de su desenvolvimiento espiritual.
Un aspecto importante de esta manera de concebir la conciencia es el hecho de que, constantemente, deberemos estar en posesión de nuestra capacidad o facultad de observador, y, con la guía de un maestro espiritual, seguir ampliando nuestra facultad o capacidad de acceder a estados de conciencia más elevados. Esta observación es importante para no dejarnos llevar a estados de conciencia mentales que pudieran exigir, dentro de lo simplemente humano, justificaciones o explicaciones que no pueden darse en nuestra limitación discursiva (mental). El "ser" humano se nos revela en el "Yo soy" y no en el "Yo pienso", puesto que este último está limitado a nuestra capacidad receptiva o sensibilidad humana. Hizo, en tal sentido, hincapié Kant cuando delineó la Razón Pura como una facultad reguladora que solamente puede legislar en el mundo práctico (las opciones de acción que se nos presentan en nuestra experiencia de vida), y que tiene unos ideales, como elementos de completitud del entendimiento, que dan idea de unidad y totalidad al concepto de experiencia (el alma como unidad absoluta del sujeto pensante, el mundo como unidad absoluta de las series de las condiciones de todos los fenómenos y Dios como la condición suprema de la posibilidad de todo lo que podemos pensar). La experiencia de un mundo suprasensible es accesible, solamente como tal experiencia, en formas que, solamente los santos y maestros espirituales, han podido acceder y que no se prestan para su delimitación (concepción) con los elementos del lenguaje propios del entendimiento. El entendimiento está limitado al "ser" humano en su amplio abanico de posibilidades física, imaginativa, emocional y mental, con sus consiguientes contrapartes en el mundo del sub e inconsciente (reactividad del "ser humano" o ego).