miércoles, 18 de julio de 2007

Conciencia 10

En mi opinión, la conciencia puede transformarse en un nuevo tipo de conocimiento en el que pueda contarse con un nuevo procedimiento de enseñanza-aprendizaje. Así mismo pudiera transformarse en la base de una nueva manera de aprender en las diversas disciplinas académicas de las ciencias humanísticas y físico-naturales, así como en las matemáticas. En esta última disciplina es significativo que los filósofos griegos dieran particular importancia a las matemáticas como área para acceder a los conocimientos de la filosofía. Y esta característica era natural puesto que, en las matemáticas, hay que ejercitar una "manera de ver" que implica una totalidad que se analiza y sintetiza en las denominadas demostraciones, y tal "manera de ver" tiene que ver con el "Yo soy" que acompaña la visualización del objeto que la demostración intenta señalar, y que puede resumirse en un "proceso de - mostrar" lo que se ha visto como un resultado. Podemos mostrar un ejemplo mediante el teorema "descubierto" por Pitágoras:

Mediante el primer triángulo se visualiza el hecho de que las áreas de los cuadrados sobre los catetos (lados del triángulo que forman un ángulo recto), sumadas, igualan al área del cuadrado construído sobre la hipotenusa (lado del triángulo opuesto al ángulo recto del triángulo). Las dos siguientes figuras ilustran la manera en la que, valiéndose de dos triángulos auxiliares, se muestra que el área del cuadrado sobre el cateto mayor iguala el área del rectángulo proyectado desde dicho cateto sobre la hipotenusa. Las dos figuras finales ilustran el mismo proceso de mostrar que el área del cuadrado sobre el cateto pequeño es igual al área del rectángulo proyectado sobre la hipotenusa. El área de estos dos rectángulos, sumadas, iguala el área del cuadrado construído sobre la hipotenusa. Este proceso es sencillo para una mente dotada para las matemáticas. En particular, ilustra el don de visualización de la mente en Pitágoras, que es el primero que realiza dicha visualización y, mediante líneas auxiliares, puede mostrarlo a sus sucesores.
Así como existen mentes dotadas para visualizar temas matemáticos, las hay para física, química, historia, geografía, y para la creación de empresas y organizaciones del mundo político y social. El factor común es una conciencia del "Yo soy" que se identifica con "una manera de ver" el universo exterior e interior de la conciencia. Es aquí donde, en mi opinión, reside la creatividad tanto de artistas como de conocedores de la ciencia y las humanidades. No queriendo decir esto que podamos aprender a ser artistas y científicos de manera voluntaria, pero sí implicando que los elementos de la conciencia, debidamente entrenados para identificarse desde el "Yo soy", pudieran ser utilizados para el óptimo desarrollo de todos los seres humanos que, en alguna medida, deben tener dones internos específicos en cada individuo.
Esto también contribuye a indicar que la instrucción impartida hasta el presente en las escuelas, colegios y universidades pudiera ser un condicionamiento más que un proceso de entrenamiento. En efecto, en el condicionamiento, el ser humano adquiere una actitud mental dirigida y formatizada, mientras que en el entrenamiento se da una herramienta externa o interna que maneja procesos y hechos sin formatizar la mente para seguir siempre un mismo patrón de conducta. En mi experiencia, por ejemplo, se da el hecho de que, personalmente, había creído que el dominio de una determinada disciplina era necesario para acceder a una empresa o proyecto de desarrollo de una actividad, cuando el único requisito necesario es el de "Yo soy el que quiere desarrollar" dicho proyecto o empresa. Con el énfasis, por supuesto, en el "quiero" desde el "Yo soy". Es lo que se denomina, en mi opinión, "una intención clara", que, llevada hasta sus últimas consecuencias, puede producir resultados tangibles.
La enseñanza en escuelas, colegios y universidades, en mi opinión, debe incluir un proceso paralelo de toma de conciencia que introduzca al individuo en la plena admisión de su esfuerzo mental, social y creativo como parte de una totalidad que promueva una mayor integración de la vida personal dentro de una espíritu de cooperación y solidaridad hacia el bienestar y equilibrio del individuo dentro de su universo natural, social, cultural, económico y espiritual. Solamente mediante la formación de conciencia del individuo puede sobrevivir la especie humana, pues, en las actuales circunstancias, se ve arrollada por el crecimiento científico, técnico y tecnológico. Y la ciencia y la tecnología se utilizan para la creación de armas de destrucción y, en el mejor de los casos, para la creación de objetos y procesos que pueden afectar el equilibrio de la naturaleza que sustenta los procesos de vida orgánica. Esto, por supuesto, en el entendido de que demos valor significativo a la vida orgánica y a los procesos de la naturaleza, y que tomemos una actitud de aceptación comprensiva y amorosa, en el más amplio sentido de la palabra, hacia nosotros mismos, nuestros semejantes y las diferencias que nos caracterizan en nuestras maneras de ver la vida y el universo que nos rodea.