domingo, 2 de julio de 2006

Infinitud y eternidad (1)

Tiendo a imaginarme una época en la que el cálculo del área de un terreno se hacía midiendo los lados del mismo con una unidad convenida (un paso dado con cierta regularidad, una rama recta de árbol especialmente acondicionada, o cualesquiera otros convenios establecidos por el o los interesados) y procediendo a establecer el número de triángulos o cuadrados contenidos en el área en función de la medida convenida. Tal forma elemental tendría que repetirse en cada caso particular... hasta que llegaron los griegos y fundamentaron la geometría en un simple elemento repetitivo denominado "longitud", que no es más que la distancia entre dos puntos fijados convenientemente, medida en función de una cierta unidad de medida convencional.
La longitud es la distancia entre dos puntos determinados en una línea recta que los contiene. Y entendemos como línea recta una línea que une dos puntos, con la menor longitud entre ambos, y se prolonga indefinidamente en ambas direcciones: derecha-izquierda, norte-sur, este-oeste, arriba-abajo, y cualesquiera otras direcciones que se nos ocurra definir. Existen, pues, la longitud y la dirección...y la infinitud, entendida como la extensión sin límites en ambas direcciones acordadas en nuestra delimitación.
Así llegamos a entender, tomando como punto de partida uno cualquiera que se nos ocurra fijar arbitrariamente, que existen longitudes en todos los sentidos que se nos ocurra, a partir de dicho punto, y que existe lo ilimitado que denominamos infinito en cualquier dirección. Tal infinitud es, sencillamente, la posibilidad de fijación de nuevos puntos en cualquier dirección. Si dejamos de hablar de puntos y comenzamos a hablar de cuerpos, podemos hablar de la posibilidad de la presencia de cuerpos o la movilización de otros cuerpos a un "punto" determinado, entendiendo como "punto" una posición o lugar determinado en nuestra manera de asignar lugares o posiciones. Vemos así que la infinitud se reduce a nuestro "espacio" circundante, en toda la extensión e infinitud que se presenta a nuestra consideración. Denominando "espacio" a la infinidad de posiciones o lugares con posibilidad de ocupación.
Y así creo haber llegado al punto de expresar que existe la longitud, la direccionalidad de la longitud y el "espacio" como entorno de longitudes dentro de lo infinito, que es lo que, en resumen podemos establecer como existente. Existe la infinitud, sobre la cual dibujamos nuestra limitación humana de longitudes, direcciones y espacialidad. La intuición pura de la elaboración kantiana es la infinitud a la que accedemos como potencialidad de realización de posibilidades de presencias en nuestro entorno.