sábado, 18 de noviembre de 2006

Campos de conciencia 15

Hay dos maneras de tratar los campos de conciencia: la manera de los santos y maestros espirituales, tanto de oriente como de occidente, y la manera utilizada por los filósofos y los científicos. Sin embargo, pareciera que es un tema que solamente está al alcance de los especialistas, cuando, en realidad, se trata de un tema que debiera tener una difusión más amplia, y que, de ser posible, todas las personas accedieran a dicha información, desde los primeros años de escolaridad, con la finalidad de permitir un mayor crecimiento personal de la conciencia, tanto en lo relacionado con el mundo físico como en lo relacionado con el denominado mundo del espíritu.
En mi opinión, un científico que crea una bomba de destrucción masiva o un arma biológica es una persona cuyo desequilibrio de conciencia es evidente. Así mismo, cualquier científico o tecnólogo que crea técnicas de manipulación de materiales y recursos naturales, con la finalidad de introducir nuevos productos, sin la necesaria confrontación con el medio ambiente, tiene una desviación de la conciencia con relación a su papel dentro del mundo humano y natural.
En mis estudios de primera y segunda enseñanza, recuerdo, en particular, que la biología se estudiaba en un contexto de "Anatomía, fisiología e higiene". O sea, el estudio tenía una connotación de aplicación inmediata en lo personal y social, pues se nos informaba de las enfermedades infecciosas y las medidas de prevención. Esto equivale a establecer un primer nivel de conciencia: las consecuencias del estudio en la aplicación a la conservación de la salud personal y social. En el presente, y a pesar del avance de la psicología, no encuentro un contexto semejante que introduzca el tema de la "psicohigiene" ni de los efectos de la tecnología en el medio ambiente natural y humano; además de haberse perdido aquel contexto de "higiene" con miras a su conocimiento y aplicación en la vida personal y social.
El mismo hecho de que la enseñanza se limita a transmitir lo que el adulto docente conoce, en lugar de facilitar que el alumno encuentre dicho conocimiento en forma dirigida, implica, mas bien, una especie de condicionamiento y adaptación del alumno para que acepte lo que está establecido, en forma discursiva, sin la necesaria confrontación con la experiencia individual. Esto, naturalmente, influye en las actitudes del discente frente a su papel creador y activo en el proceso del conocimiento, pues se limita a una acción de receptividad pasiva, lo cual crea patrones de comportamiento pasivos. Esto, a su vez, origina unos niveles de conciencia limitados a lo establecido, sin el necesario espíritu crítico (evaluativo) que permita una ampliación de los niveles de conciencia del individuo.
Como yo lo veo, la conciencia del individuo solamente puede crecer cuando hay un constante proceso de observación interior de nuestras distintas facultades y capacidades en función de su utilización para el mayor bien posible dentro del contexto humano en el que nos toca interactuar. Y, dicho proceso, solamente puede ser estimulado mediante una activa participación en el proceso de conocimiento escolar y universitario. Esto implica un mayor trabajo y participación por parte del discente y una actitud de guía y facilitación por parte del docente.