domingo, 29 de octubre de 2006

Campos de conciencia 14

Una de las conclusiones kantianas en la CRP es la limitación del discurso para acceder a la concepción de Dios, así como a las restantes ideas trascendentales, que resultan, según él, un esfuerzo de la RP para completar lo que el EP concibe desde la IP y la experiencia. Y es así, por cuanto el discurso solamente puede detenerse en focos más o menos puntuales, según lo que abarca la sensibilidad en su limitado campo de acción.
La RP, como "facultad de principios", brinda su potencialidad de establecer principios al EP, y así surgen las categorías que, semejantes a principios, trabajan como mecanismos de unificación de la experiencia según reglas. Igualmente, cuando recibe los resultados de la experiencia, intenta ajustarlos a primeros principios, pero, limitada por el discurso del EP y la limitación de campo abarcada por la sensibilidad en su esfuerzo de concebir el universo circundante, solamente puede dar lugar a ideas trascendentales.
La identidad, la igualdad y la semejanza son términos propios de la lógica matemática y de la matemática mismo, en las cuales pueden existir entidades con tales características. Pero, en la experiencia humana del mundo circundante, es notorio que la identidad es únicamente característica del ser universalmente entendido, y solamente podemos hablar de semejanza e igualdad en términos relativos. En efecto, dos gotas de agua perfectamente iguales en forma y contenido se diferencian por el espacio que ocupan. Y el ser humano solamente puede considerarse igual a otro ser humano mediante las características más o menos comunes. En realidad, solamente podemos hablar de semejantes en el caso de los seres existentes, puesto que la realidad corporal se impone como elemento de separación irrenunciable.
La experiencia de los santos de la India y de los santos cristianos y seres parecidos, por lo que puedo deducir, equivale a una identificación con el universo, y es, de esta manera, como podemos acceder a una manera de conocer el universo en forma directa y sin intermediarios conceptuales. Pero tal experiencia será siempre subjetiva e incomunicable mediante el discurso. Así que podemos deducir que hay dos maneras de "conocer": la manera científica de occidente, que se vale de las facultades intelectuales, el discurso y la experiencia bajo condiciones controladas (determinación y especificación de variables de control); y la manera interior de los santos, que se experimenta mediante la trascendencia del mundo físico de los sentidos, y que no puede ser comunicada mediante el discurso, aunque puede indicarse el camino a los que se interesen en tal manera de conocer. En ambos casos tenemos seres humanos con capacidad de, en el primer caso, enseñar las herramientas y principios científicos, y, en el segundo, señalar el camino de la superación personal de las limitaciones humanas.