sábado, 12 de agosto de 2006

Campos de conciencia 4

"Pienso, luego existo" reivindica el hecho de que la acción de pensar, así como cualquier otra manifestación existencial, es la que me permite acceder a la conciencia de mí mismo. Sin embargo, el hecho fundamental no es "yo pienso" sino "yo soy". El "yo soy" precede y permite el "yo me manifiesto en mi pensar, sentir, actuar, etc". La conciencia es un elemento de mi existencia que evoluciona, y tal evolución no es solamente individual sino interpersonal. Surge en dicha evolución un "yo soy" que apunta al Espíritu, como entidad difusa pero tan consistente como la individualidad, y que me enseña que soy algo más que un cuerpo físico, y que el cuerpo físico es un simple medio de manifestación y expresión que me permite tener cierto tipo de experiencias.
Kant, en su modelo del ser humano, trasciende el yo individual y constituye un yo, fundamentado en el "yo soy" ("yo pienso" en la traducción al castellano), a partir de varios elementos de reflexión que intentan "explicar" nuestro "ser humano". Tales elementos fundamentales son la intuición pura, la imaginación pura, el entendimiento puro, el esquematismo del entendimiento puro y la razón pura. En su elaboración utiliza como acto fundamentador el poder de síntesis de nuestras distintas facultades. La intuición pura se manifiesta en el espacio (en mi opinión la infinitud) y el tiempo (en mi opinión la eternidad) como elementos de la sensibilidad. La intuición pura es la organización de la sensibilidad (capacidad de recibir impresiones) en antes, después y simultáneo; y, en la simultaneidad, el arriba, abajo, al lado, atrás y adelante (un antes y un después en la simultaneidad, organizados coherentemente por nuestro entendimiento). El entendimiento puro es la facultad que organiza la experiencia según reglas: las conceptos puros del entendimiento o categorías (cantidad, cualidad, relación y modalidad) y los principios del entendimiento puro (axiomas de la intuición, anticipaciones de la percepción, analogías de la experiencia y postulados del pensar empírico en general). La imaginación pura, mediante el esquematismo del entendimiento puro, es la facultad que permite la amalgama entre la intuición empírica (el objeto de la experiencia), que es sensible, y el entendimiento (el concepto), que es intelectual; el esquematismo es una representación mediadora entre el concepto y el objeto empírico del concepto. Finalmente culmina Kant con la razón pura como facultad de los principios. La razón pura es una facultad correspondiente, según mi propia apreciación, a esa condición propia de la intuición pura que es la de totalidad; o sea, una facultad que busca la completud de todas las experiencias, que el entendimiento puro organiza, en ideales que permitan una unidad de conjunto de la Experiencia, como concepto que abarca toda nuestra realidad como Espíritu dentro de esa otra totalidad que constituye nuestra experiencia individual en conjunto.
Todos estos niveles del modelo kantiano constituyen otros tantos niveles de conciencia que apuntan a una concepción del universo en una unidad omniabarcadora de todas y cada una de las experiencias individuales. A partir de este modelo surgen el hombre que conoce (Crítica de la Razón Pura), el hombre que actúa (Crítica de la Razón Práctica) y el hombre que contempla (Crítica de la Facultad de Juzgar), como distintas maneras de acceder a la experiencia del mundo y de integrarla en una totalidad significativa.
El conocimiento intuitivo es el conocimiento en su máxima expresión (El conocimiento de Dios "ha de ser intuición y no pensamiento, que es siempre limitado") por ser totalizador, al igual que la necesidad que tiene la razón pura de totalizar en ideales, que permitan abarcar el conocimiento discursivo del entendimiento en una forma de completud que implique perfección.