sábado, 29 de junio de 2024

Conocimisento y Autoconocimiento

 Cuando hablo de conocimiento me refiero a aquellas experiencias del devenir de la vida que son compartidas por los seres humanos y, en tal caso, requiere del establecimiento de conceptos. Esto hace que los conceptos aparezcan como decididamente establecidos, como entes de clara y fácil identificación. Lo0 cual nos lleva a poner en tema de estudio dichos conceptos, pues cuando decimos piedra, por ejemplo, y la consideramos un obstáculo que es necesario apartar, debemos aclarar, en el discurso escrito u oral en ausencia del objeto conceptualizado, si debe ser apartado moviéndola o si puede ser superada escalándola.

En el caso del discurso científico, denominado conocimiento científico, los conceptos requieren una prueba de validez o falsación (término creado por Karl Popper) para continuar con el uso de los conceptos con criterios de validación pertinentes. Tal situación sigue el patrón de considerar los conceptos como términos o terminología identificadora de entidades, sean vocablos o definiciones especificadoras.

Cuando hablo de autoconocimiento me refiero a una experiencia individual, subjetiva e inexpresable mediante el lenguaje, pues dicho lenguaje, tanto escrito como oral, ha sido creado para entes sometidos a los sentidos del ser humano con finalidades de manejo y manipulación por más de un individuo. En tal autoconocimiento no hay lenguaje mediador entre lo conocido y el conocedor, y, por tal motivo, da origen a lo que, realmente, es el conocimiento: una experiencia variable según el contexto que la situación requiera. Es así como podemos entender lo que los maestros de lo espiritual (inefable, en el mejor sentido del vocablo, que señala como no sujeto al lenguaje como intermediario de comunicación) afirman   que vivimos en un mundo de ilusión, ya sea por tratarse de individuos condicionados por su experiencia y formación previa, o por grupos de individuos, incluyendo todos los individuos denominados seres humanos, igualmente condicionados por su historia común, además de su condicionamiento individual.

El autoconocimiento es un sentir con sentidos internos inefables, unidos a los sentidos externos y las experiencias, como testigo o participante, en eventos del devenir individual y grupal. En tal autoconocimiento se da, con mayor evidencia, el cambio de los conceptos, si se puede extrapolar el término de lo externo a lo interno del devenir, tanto en una evolución de dicho concepto como en su aprehensión por parte del sujeto, de lo que solemos denominar personalidad o comportamiento individual ante objetos, semejantes, experiencias, situaciones y circunstancias diversas del individuo. En resumen: como individuo estoy en permanente evolución y cambio según mi mayor o menor participación en el devenir de mi manifestación y expresión vital en mi, igualmente variable, entorno y contexto externo.