domingo, 26 de abril de 2009

Niveles de conciencia: Físico y el sentir

Cuando planteamos el nivel de conciencia físico es conveniente tocar el sentir como fundamento de dicho nivel, pues los sentidos físicos y el sentir físico interior son las claves de presentación para hablar de lo físico. La vista, el oído, el olfato, el gusto y el tacto son los sentidos por excelencia para referirse a lo físico; sinembargo debemos incluir el sentir interior, que podría asimilarse al tacto interiormente, cuando se trata de sensaciones como el dolor, el calor, la vitalidad, referida a debilidad o fortaleza como sensaciones particulares, y el sentimiento que provocan las emociones cuando se atiende al efecto sobre el nivel corporal como complemento del nivel emocional propiamente dicho.
Existen, adicionalmente, el sentido común que, aunque se refiere a la manera en que se asimila el sentido junto con la razón en la consideración o atención hacia cuanto nos rodea, tomando como referencia la comunidad con el sentir de una supuesta mayoría de seres humanos, también atiende a una cierta manera de considerar los otros sentidos en comunidad o síntesis; el sentido de equilibrio, que se fundamenta en las características funcionales del sentido del oído; el sentido de orientación, que también tiene relación con el sentido del oído, pero se refiere a algo particularmente significativo para el sentir humano y animal. Tal vez el término kinestésico podría englobar a la orientación (visceral, interoceptiva; postural, propioceptiva) y otras sensaciones propias de lo físico o material de la corporalidad humana y animal. Todos estos sentidos, junto con los fundamentales de vista, oído, olfato, gusto y tacto, nos conectan con la parte material como nivel de conciencia físico.
El sentir es el nivel sobre el cual, por analogía, se van descubriendo los otros niveles de conciencia, y sirve de referencia para comunicar los niveles imaginativo, emocional, mental y reactivo (sub e inconsciente) en el intercambio de información humana. Tanto es así que lo científico se fundamenta en lo que los sentidos aportan como información en el método de ensayo y comprobación propio para determinar si los supuestos sobre los que se basa cualquier hipótesis o teoría científica son válidos para la comunidad de investigación. Igualmente, la actividad tecnológica tiene su campo de concreción en lo que aporta al sentir en sus diversas manifestaciones para satisfacer los requerimientos del ser humano en su búsqueda de complementar sus limitaciones físicas o materiales en las diversas áreas de dicho sentir.
El tema del sentir podría considerarse la base sobre la cual se asienta el nivel de conciencia físico, que, a su vez, es la referencia necesaria para la comunicación interhumana de los otros niveles de conciencia, ya sea por analogía o paralelismo de significaciones. En algún momento de mis estudios de la CRP de Kant llegué a considerar que la aritmética era al tiempo lo que la geometría al espacio. Posteriormente me he dado cuenta de que ambas, aritmética y geometría, tienen como fondo el espacio y su contenido material, uno mediante la distancia y otro mediante la numeración, pues la secuencia, propia de la temporalidad, solamente es ejemplificada por la causalidad y dependencia, y la causalidad recíproca ejemplifica la materialidad de la presencia. El movimiento, que incluye la presencia que cambia (secuencia), sea cuantitativa o cualitativamente, es el fondo sobre el cual se dibuja la causalidad y dependencia propia de la secuencia como representativa del tiempo. Tanto espacio como tiempo (presencia y secuencia, respectivamente) son formas de orientación de la sensibilidad en su aprehensión de cuanto nos rodea.

viernes, 10 de abril de 2009

Niveles de conciencia: Físico

El nivel físico de conciencia está constituido por el mundo que me rodea y mi cuerpo como parte de una multiplicidad cuerpos. Cuando dirijo mi receptividad, al mundo que me rodea, lo hago desde mi sensorialidad y mi posibilidad de satisfacción de necesidades orgánicas y apetitivas. En tal caso mi mundo es totalmente exterior, constituido por objetos y fenómenos que son amigables o adversos a la satisfacción de mis necesidades orgánicas y apetitivas. Es el comienzo de la experiencia como conjunto de maneras de manejar el mundo externo en mi provecho. Es el comienzo del conocimiento y la ciencia como conjunto de mensajes, indicaciones y sugerencias propias de una comunicación dirigida a compartir una manera de encontrarme con el entorno que, en principio, ha sido dirigido por la idea de manejar el entorno en provecho del ser humano y no a una manera de señalar un encuentro con una totalidad de la que formo parte.
Posteriormente, y gracias a la adversidad de algunos fenómenos y objetos para con mis necesidades orgánicas y apetitivas, me encuentro con la necesidad de manejar mi propio cuerpo físico para adecuarlo a las adversidades y oposiciones propias de dichos fenómenos y objetos (vivienda, vestido, alimentación). El hecho de que mi cuerpo sea uno más entre muchos cuerpos que me limitan está, favorablemente para mí, complementado por mi movilidad y mi capacidad de relacionar los factores que mi sensorialidad puede suministrar a mi espontaneidad pensadora. También dispongo de un sistema interno de señalizaciones (imaginación, emocionalidad y apetito) que dirigen mi voluntad (motora de mis facultades de movilidad y direccionalidad) hacia la consecución y satisfacción de mis necesidades orgánicas y apetitivas.
Como elemento sobresaliente, dentro de lo físico de mi constitución, está, junto con sus facultades receptivas, la vulnerabilidad propia de mis sentidos externos y mi cuerpo físico. Estas vulnerabilidades externas son la base de otras vulnerabilidades propias de la emocionalidad, que han sido extraordinariamente estudiadas por Emilio Mira y López en su "Cuatro gigantes del alma". En todo caso, son las vulnerabilidades, junto con las necesidades orgánicas y apetitivas, el fundamento de mi condición animal humana. Son las que dirigen, en su estado más primitivo, mi devenir y mi encuentro con el mundo que me comprende, y son la base sobre las cuales se establece el principio de mi evolución como conciencia (como Yo soy).
En algún momento de mi vivencia y mis vivencias me doy cuenta de que soy algo más que mis vulnerabilidades y que el mundo que me rodea es mucho más de lo que mis sentidos externos me permiten experimentar. Más aun, me puedo dar cuenta de que el mundo que me rodea y yo estamos relacionados en forma tal que dar y recibir en equilibrio es lo que pudiera considerarse, en principio, una actividad de satisfacción de un nivel más elevado que la simple satisfacción de necesidades orgánicas y apetitivas que, en caso de ilimitación, como es posible en el caso del ser humano, pudiera atentar contra algo más esencial que la supervivencia individual, contra la conciencia de la totalidad. En este punto, lo físico, lo orgánico, lo apetitivo propio del ser humano, se ve ampliado a la conciencia de algo más que no puede expresarse con el lenguaje propio de la comunicación de conocimiento y ciencia de lo externo y que apunta a lo espiritual como ámbito de encuentro con la totalidad que se manifiesta y expresa en fenómenos físicos, químicos, históricos y sociales.