lunes, 6 de julio de 2020

Conciencia y sociedad

"Paz es el cese del estar en contra"  John Roger

Retorno a estas queridas expresiones de mi pensar por escrito, enfrentándome a un espacio en blanco que quiero llenar con pensamientos hilados, aunque, en este momento, no encuentre el hilo conductor que estimule mi reflexión. Sin embargo es la situación política en mi país Venezuela y el contexto latinoamericano los que me conmocionan para, desde mi posición de simple ciudadano, apuntar hacia lo que considero graves limitantes dentro del contexto social que me ha tocado vivenciar.

Prácticamente desaparecida la religión, como orientadora de la individualidad en la sociedad, y carentes los progenitores, en todos los niveles socioeconómicos, de una formación de conciencia que les permita orientar y condicionar a los hijos para una autonomía responsable dentro de la sociedad, los niveles políticos de dirección colectiva son una profesión más dentro del contexto económico, con el agravante de que solamente los más influyentes son, en mi opinión, los menos informados en conciencia para sustentar un modelaje condicionante firme y coherente en su contexto que permita un desarrollo armónico de los grupos sociales que dirigen o influyen.

En alguna de mis reflexiones he tocado el punto de la conciencia como conocimiento de sí mismo y el reconocimiento del ser humano como un ser apetitivo y vulnerable que requiere de unos límites para su ejercicio ciudadano de dirección de comunidades. Y estos límites deben ser estructurales en la sociedad para contrarrestar los apetitos y orientar la acción directiva en la convivencia y el bien común por encima de los instintos y vulnerabilidades individuales. En este sentido, la democracia bien estructurada en sus poderes y contrapoderes debe ser sólida e inexpugnable a individuos y grupos que puedan aprovecharse en beneficio propio de su condición de gobernante en sus diversas modalidades.
El punto débil son las diversas modalidades de gobierno concebidas en estos tiempos, pues la sociedad está condicionada por los más vulnerables económicamente, sin que se haya encontrado una modalidad de condicionamiento educativo que promueva la responsabilidad individual y la corresponsabilidad en el contexto social y económico. Adicionalmente, la igualdad concebida en términos de humanidad responsable pareciera no haber sido entrevista en la organización socioeconómica para salvar las grandes diferencias existentes entre individuos de alto nivel de desempeño con relación a grandes grupos humanos carentes de dinamismo para su autonomía económica y vital. O sea, el que seamos semejantes, pero altamente diferenciados en nuestra condición productiva en el contexto económico, no es un factor que se haya manejado en la estructuración de las comunidades humanas.

Todo esto lleva a considerar que la educación no ha sido un factor bien evaluado para la formación de los individuos y las comunidades, y la instrucción pública se ha convertido en una fábrica de especialistas sin una concepción humanista, responsable y autónoma. En efecto, la formación de conciencia, que era un papel que cubría la religión organizada, ha sido abandonada, pues las religiones más que formar conciencia dividían a los seres pensantes en supersticiosos en conflicto, agnósticos y ateos.

Todo esto en el contexto humano contribuyó a la aparición de personalidades de alta nivel de influencia y rígidamente creyentes en su destino de dirigir comunidades humanas según sus propios intereses y creencias que, en todos los casos conocidos, conducían al manejo de dichas comunidades en formatos de esclavitud, menosprecio y desvalorización, y beneficiando a grupos de personas sin mérito alguno para modelar y dirigir comunidades hacia un contexto armónico y evolutivo.

En el contexto en el que me encuentro, y falto de influencia de tipo alguno, solamente me queda reflexionar en privado y sugerir a quien, con algo de poder e influencia, pudiera leer estas "expresiones escritas", que la instrucción pública debiera reestructurarse para "educar" mediante la introducción de cursos de aprendizaje de conciencia. En efecto, los avances de la psicología y la psicoterapia en los siglos XIX y XX tienen todas las herramientas requeridas para introducir cursos de estructuración contentivos de elementos de concientización que incluyan el conocimiento de sí mismo como rutina diaria de observación del individuo en su "paisaje interno" ante personas, situaciones, circunstancias, objetos y acciones. En resumen, una observación permanente y sostenida del sentir, pensar, imaginar y reaccionar paralelo al contexto exterior que le toca vivenciar momento a momento, para fluir en forma armónica y razonable en previsión de conflictos que pudieran deteriorar el intercambio y comunicación interpersonal y grupal en cada momento de acción y presencia. En mi opinión, esto traería un cambio social que en el mediano y largo plazo pudiera unificar a los seres humanos con un entorno social, urbano y natural promotor de crecimiento  individual y colectivo.