sábado, 1 de septiembre de 2018

El Ser humano y el tema de la pobreza

Hoy es sábado del 1 de septiembre de 2018 y me ha venido a la mente el tema de la pobreza en relación a la situación de Venezuela y la situación política existente. En tal sentido cabe señalar, en mi opinión (como siempre en estas perspectivas, que son mis particulares puntos de vista o perspectivas), que es un momento inspirador para encontrar soluciones al tema de la pobreza, que ha sido considerado un tema cuya responsabilidad recae en elevada carga sobre los denominados ricos y, consiguientemente, sobre la sociedad y no sobre el individuo.
El grupo gobernante en Venezuela está formado por personas de niveles de educación e instrucción relativamente inferiores a lo requerido en esta época de la historia para un gobierno equilibrado y conducente a facilitar la vida en común. Y el punto de partida es la teoría de un tal señor Karl Marx que consideraba que el trabajador era explotado, y que los industriales, y empresarios en general, se aprovechaban de su fuerza económica y política para esclavizar, de una manera socialmente aceptada, a la clase trabajadora. En tal sentido, y apartando el hecho de que ello "parecía así" en la época en que le tocó vivir, consideraba que la creación de riqueza era por el "trabajo" y no por el "emprendimiento" que originaba la necesidad de dicho trabajo. Sin detenerse a pensar que sin el emprendimiento no habría habido trabajo correspondiente.
Hoy en día, producto de la evolución de la empresa y los trabajadores, ha podido visualizarse la interdependencia entre emprendimiento y trabajo, y hay una vigencia de sindicatos o uniones de trabajadores que trata de equilibrar la fuerza económica del emprendedor con la fuerza realizadora del trabajador.
Asimismo, ha surgido una diferenciación de trabajadores en distintos niveles de ejecución de tareas, desde la del operario que trabaja directamente con materiales, pasando por los que manejan máquinas y herramientas, hasta los encargados de labores de comercialización, venta y muchas tareas previas y posteriores a la instalación de una empresa. De tal diversidad ha surgido una orientación de la instrucción pública que privilegia el conocimiento técnico, tecnológico y científico sobre las naturales tareas de convivencia que constituyen el tejido grupal y social de las comunidades que originaron el surgimiento de la filosofía y la religión. Tal privilegio, junto con las reflexiones de filósofos que solamente veían en la filosofía una ciencia o conocimiento de lo intangible, igualando religión con condicionamiento y amoldamiento de los seres humanos para la vida en común, y que, en tal sentido, conmocionaron las bases de la religión y su tarea de formar principios y valores de convivencia, hicieron que se perdiera un hilo conductor hacia la evolución de la religión, y sus valores y principios intrínsecos, que condujeran a una nueva manera de ver la filosofía, cual es la integración de toda reflexión humana en beneficio de la totalidad de vida y desenvolvimiento del Ser humano en su entorno. El "amor a la sabiduría" implícito en el término griego "filosofía", y que incluía todo lo material y tangible con lo inteligible y no tangible, se perdió en el transcurrir histórico, por la falta de adecuación de los "religiosos" a "ver" lo invisible a los ojos de la materialidad. Y no por carencia de alguna indicación en el camino histórico, sino por la falta de percepción integradora de un término encontrado en las relaciones de conocimiento por ese gran filósofo Enmanuel Kant en su Crítica de la Razón Práctica, que es, en términos sencillos, la base para la aparición de una nueva fundamentación de "lo religioso", que debía, por supuesto, ser complementado con lo utilitario de esa otra gran corriente de la filosofía surgida en Inglaterra.
El meollo del tema "pobreza" en el contexto social no es que el rico sea causa de la pobreza por su habilidad de aprovechar hasta donde puede las ventajas de su particular manera de percibir, sentir y actuar, sino en el desbalance de la religión para no encontrar el fundamento de su esencia en la filosofía, y su evolución reflexiva que pudiera haber originado una nueva manera de religiosidad cónsona con lo contemporáneo. Y tan fácil era, si se hubiera abierto, como lo hicieron algunos de sus practicantes, para ver en la última de las adquisiciones del conocimiento como lo es la psicología en su práctica de la terapia como "facilitación" para equilibrar a los individuos con su vida y entorno vivencial. En efecto, de la facilitación a la "enseñanza" de "conciencia" solamente hay un paso intermedio que involucra a lo externo perceptible con lo interno perceptible e inteligible, aunque comunicable en un bajo porcentaje (mismo caso de la termodinámica y su segunda ley que limita la generación de potencia mecánica a valores porcentuales inferiores a la mitad de lo deseable)
El asunto es que la instrucción pública, para cubrir esa parte significativa de la educación que promueve la convivencia, debe retomar el papel importante del conocimiento propio (o conocimiento de uno mismo, ya incluido en la cultura griega clásica del "conócete a ti mismo", pero escasamente promovido y practicado en la convivencia consigo mismo) e integrarlo, en un porcentaje significativamente mayor que el conocimiento técnico, tecnológico y científico en los salones de enseñanza, con lo cual podría cumplir el papel educativo perdido en el entorno familiar con la pérdida de lo religioso. Y sería sencillo, si nos fijamos en los avances de la psicoterapia y la facilitación surgidos en el siglo precedente, pues bastaría con que se direccionara al individuo al "darse cuenta", hacer-se consciente de lo que siente y piensa en cada momento de su accionar y relacionarse con personas, situaciones, circunstancias y experiencias. Cada uno de esos contextos es una fuente de información valiosa. Con la salvedad de olvidar el juicio o calificación de esos sentires y pensamientos en términos de lo moral establecido. Entendiendo que el papel básico de los valores morales y principios recibidos son simplemente acondicionadores para automatizar respuestas de convivencia "dependientes" y no ejercicios de libertad "sabios" de convivencia que eran implícitos en la religión y filosofía antigua que fundamentaban una "sabiduría" inclusiva de la vida exterior e interior, activa y reflexiva, motivadora de una "filosofía", un "amor a la sabiduría", que estaba contenido en la máxima de "amar A Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a ti mismo", cuya explicación habría requerido de toda la historia humana, transcurrida y por transcurrir, o al más reciente, seco y árido, "imperativo categórico kantiano" de "Obra de tal modo que la máxima de tu voluntad siempre pueda valer al mismo tiempo como principio de una legislación universal", cuya comprensión está más allá de las mentes menos ávidas de la reflexión filosófica y religiosa.