sábado, 7 de septiembre de 2013

Ser humano


Es, por lo menos, complicado, definir al Ser humano, pues el Ser está permanentemente abierto, a pesar de que la recopilación del comportamiento de todos los seres humanos, si ello fuea posible, podría utilizarse como principio de definición. Y, cuando digo "todos los seres humanos", me refiero a todos los existentes y los que han existido a lo largo de la historia humana. Incluso en el caso de que quisiéramos categorizar los calificativos o características que pudiéramos utilizar, ello implicaría una tarea indefinida, pues el caracter de apertura del Ser del Ser humano lo hace indefinible. Como son indefinibles la infinitud y la eternidad, que intentamos abarcar con nuestras unidades de medición espacio y tiempo, caracterizados como simples intuiciones que nos dicen que hay infinidad de seres y acontecimientos.
En todo caso, la personalidad del Ser humano, que podría constituir un primer adelanto a la posible definición, está sustentada en las experiencias que se nos presentan, a partir de la apetitividad y la vulnerabilidad propias de la condición física, imaginativa, emocional, mental y reactiva del mismo. En efecto, las cualidades apetitiva y vulnerable se manifiestan en cada una de las condiciones mencionadas. Tal vez por eso, la definición que se ha tomado de "un animal racional" apunta a sintetizar al Ser humano a partir de la animalidad (apetitividad) y la característica sobresaliente del lenguaje que manifiesta nuestro "hábito" de relacionar todo cuando ocurre en nuestro "mundo personal".
Lo que no ha sido tomado en cuenta, en mi opinión limitada a mis lecturas y formación intelectual, es el elemento de "conciencia". O sea, la característica que tiene el Ser humano de "darse cuenta" o "no darse cuenta", en sus experiencias, de que el "Yo Soy" (el que me manifiesto y expreso) acompaña a cualquier circunstancia que le toca vivenciar, ya sea como actor o espectador del ámbito en el que se desenvuelve. Es en dicha característica en la que me fundamento para modificar la "definición" antes mencionada por una en la que considero que el Ser humano es un "Ser trascendente a su condición humana". Lo cual significa, en mi opinión, que el Ser humano tiene la capacidad de trascender su apetitividad y vulnerabilidad y lograr un "manejo" de sus vivencias desde una "responsabilidad" (capacidad de responder) que ha sido promovida por los grandes maestros de la sabiduría. Entendiendo como tal "sabiduría", la cualidad de vivir en armonía con el medio que nos rodea y, en particular, en convivencia con los semejantes.
Tal trascendencia parece ser natural a algunos seres humanos, pues de allí han surgido los maestros y sabios de la historia humana. La generalidad de seres humanos somos simples seguidores, admiradores y discípulos de tales maestros y sabios. Y tales maestros y sabios tienen una característica por excelencia: señalan caminos de aprendizaje y comportamiento, pero no intentan convencer. O sea, dan libertad a quienes les rodean para actuar según su propia manera de "ver y sentir", expresando que aquello que funciona (satisface nuestras necesidades en armonía con cuanto nos rodea) siempre tiene como peculiaridad que no hiere, molesta o atenta contra un semejante.